sábado, 13 de febrero de 2010

Cómo expresar...

Contenta, ilusionada, anhelando volver a ver esa luz y esperando sentir ese profundo abrazo. Subo los peldaños despacio, viviendo cada segundo, curiosa, escuchando la suave respiración al otro lado de la línea. Inquieta, veo el camino abrirse lentamente y, de la oscuridad, apenas escondido, brota tu aliento, un aroma envolvente que despierta mi sonrisa.

Me dejo llevar por los deseos de estos días, por mis sentidos, que me conducen al fondo del misterio. Este tiempo fui yo, pero faltaba ese cosquilleo que nos remueve por dentro, que el ser humano a veces no entiende, que dirige la inconsciencia y calla a la razón.

El espacio no puede ser más cálido, parece albergar una añoranza contenida, inundado de intensos sonidos que acarician mis oídos y sacuden mi ser. La melodía en sí misma dibuja un aura de ternura y me parece tan bella, que creo haber olvidado qué es la realidad.
Toda mi piel se estremece y mi corazón grita con sus latidos lo que mi respirar ahogado no me deja decir.

El tiempo ha vuelto a detenerse; tu presencia mata los minutos, aparta las miserias y me condena a las debilidades. Dicen que la dicha se reduce a lo efímero, pero eternos se antojan estos instantes compartidos.

Si no te hubieras adentrado así, tan dulcemente, percibiéndote tan pleno, no habría creído que la magia del momento hizo brotar esas sinuosas lágrimas. Fuimos aliados en ese acompasado combate.

viernes, 5 de febrero de 2010

Un amor capaz de detener el tiempo



Título: La Casa del Lago

Director: Alejandro Agresti

Intérpretes: Keanu Reeves y Sandra Bullock

Género: drama romántico

Año: 2006.




Confieso que cuando vi esta película por primera vez en el cine, no me causó la misma impresión que esta segunda vez. Puede que sea porque ésta es una de esas historias que es necesario volver a ver para poder comprender perfectamente cada uno de sus detalles. Y en ello, radica su auténtico valor: en ser conscientes de los matices que en el primer visionado pasan desapercibidos.

Álex es un arquitecto que vive en la casa del lago en el año 2004 y Kate es una joven doctora que abandona esa misma casa para empezar una nueva vida, en el año 2006. Ambos comparten las cartas que se dejan en el buzón de esa casa hecha de cristal, pero cada uno vive el presente en un año diferente. Una historia original, que muestra lo inexpicable de que puedan comunicarse dos personas que viven en tiempos distintos.

Esta cinta es una interpretación mágica del amor, una visión nueva que hasta el momento no se había mostrado en el cine. Los más desengañados verán este filme como un reflejo de que el amor verdadero no existe, ya que no es posible que los protagonistas se encuentren en persona, a menos que el tiempo se detenga, lo cual es del todo imposible.

Es una muestra de que el amor puede surgir de cualquier manera, en el momento más imprevisto y a través de un medio que ya apenas usamos: el papel. Es una historia bonita de principio a fin, capaz de emocionar hasta a la persona más fría, y sobre todo, capaz de hacernos creer en el amor. Y eso es un logro en el mundo en el que vivimos.

lunes, 1 de febrero de 2010

Ese 2 de marzo, un día normal


O no... quizá sea un día especial...
hoy, el presente, el ahora...
los recuerdos del día crean mis sonrisas...
construyo nuevas alternativas...
disfruto al descubrir....
gozo de cada instante como pocas veces lo hice...
me alegro de estar viva y sentirme como tal...
mis ojos brillan a la luz del cielo, aunque esté medio nublado...
los sufrimientos del ayer...
son las indiferencias de hoy...
la tristeza y apatía de antaño...
es la felicidad y actividad de ahora...
los pensamientos que tanto daño me hicieron, se han ido...
parecen haber muerto en lo más profundo de mi memoria...

Esta mañana me desperté de un sueño...
fue real, aunque me negué a creerlo...
por miedo a que se desvaneciera de mi cabeza...
a veces, lo más bonito parece pender de un hilo...
quiero creer que esto será eterno... atemporal...
que podré sentirlo dentro de mí para siempre...
que no se irá de mi lado... no me abandonará...

Mi corazón late con fuerza... intensamente...
siento esa mirada... esa sonrisa... ese calor...
y no puedo evitar derretirme, perdida en un mar de sensaciones...
dulces, profundas... maravillosas...
mi alma tiembla... teme albergar tanta felicidad...

Víctimas de la mala suerte

Título: Inocentes
Director: Daniel Calparsoro
Intérpretes: Michelle Jenner, Álex González.


Tres chicas celebran en la playa el cumpleaños de una de ellas. En un momento dado, se apartan de su grupo de amigos y se adentran en un pequeño bosque. Alegres y confiadas, descubren un flamante coche que enseguida llama su atención. Pertenece a Marcos (Álex González), un chico atractivo y aparentemente encantador, que entabla conversación con ellas y las invita a montar en su vehículo. Minutos más tarde, su excesiva confianza les sale cara: dos hombres salen de una furgoneta y las secuestran.

Así comienza esta serie televisiva de dos capítulos, cuya última emisión tuvo lugar ayer domingo en Telecinco. Inspirada en hechos reales (el secuestro y posterior asesinato de las niñas de Alcàsser hace más de quince años), esta tv movie refleja con absoluta crudeza y realismo el calvario por el que pasan las tres jóvenes secuestradas, atrapadas sin pretenderlo en una red de prostitución de lujo.

Enmedio del entramado se encuentra Marcos, que hace los trabajos sucios que le encargan los subordinados de Tarko, el líder de la organización. Sonia (Michelle Jenner), su novia, no conoce la doble vida de su pareja y el hecho de descubrirlo cambiará su existencia para siempre.

Destacan las interpretaciones magistrales de todos los actores, que cautivan al telespectador y le permiten comprender la grave situación que se muestra en la trama. Esta serie es una oportunidad para educar a los niños y adolescentes para que no confíen en cualquier persona que les tienda la mano. Y más aún, hoy en día, que son bastante frecuentes los secuestros y desapariciones.

Sin duda, la clave del éxito de esta ficción está en que no acaba como cabría esperar. El final es una auténtica sorpresa, que deja al público con una ligera sensación de ahogo y el corazón en un puño. No hay ni un sólo minuto de la historia prescindible o que haya que matizar. Cada imagen es necesaria y las numerosas escenas de extrema violencia añaden el dramatismo justo para mantenernos enganchados.

Es una ficción que invita a reflexionar sobre el mundo en el que vivimos, en el que muchas veces, lo más importante es el dinero y el poder, por encima de la vida y la dignidad de las personas. Una protesta pública por los cientos de asesinatos que se cometen cada año y cuyos culpables desaparecen de la faz de la tierra. Por ello, merece la pena verla.