jueves, 25 de octubre de 2012

Olas gigantes

Tsunami es un término japonés (tsu: bahía o puerto y nami: ola; su significado literal es "gran ola en el puerto"), adoptado en un congreso en 1963,  que define el fenómeno por el cual se producen una o varias olas de gran tamaño y energía en el océano, al ser empujada el agua con violencia por una fuerza que la desplaza en vertical. Puede ser generado como consecuencia de un terremoto, la erupción de un volcán, un meteorito, explosiones o derrumbes costeros, entre otras fuerzas. 


En el 90% de los casos, los tsunamis surgen a partir de terremotos, por lo que, más en concreto, pasan a denominarse maremotos tectónicosSi tiene lugar un terremoto local, no suele existir tiempo suficiente para evacuar a los habitantes de las zonas más próximas, ya que el tsunami suele darse transcurridos entre diez y veinte minutos después de ese fenómeno. 
Para que un terremoto desemboque en un tsunami, debe ser de gran magnitud y tener su origen bajo el lecho marino. Debido al brusco movimiento, el agua pierde su equilibrio habitual y, al tratar de recuperarlo, es cuando aparecen las olas. 

Las erupciones volcánicas y las explosiones debajo del agua pueden causar tsunamis de menor intensidad y que se disipan con rapidez. Si cayese un gran meteorito en una zona de poca profundidad, la onda expansiva podría generar un tsunami, aunque no hay precedentes que lo confirmen. 


Un tsunami sólo es destructivo cerca de la costa, por lo que los barcos que se encuentren en las proximidades y sean alertados de su presencia, deberán dirigirse mar adentro, donde estarán más seguros. Para evitar sus efectos, es conveniente situarse a unos treinta metros de altura sobre el nivel del mar, en un lugar alejado de cualquier río o marisma, ya que el tsunami puede adentrarse varios kilómetros en tierra firme a través de ellos. En las doce horas siguientes desde la aparición de este fenómeno, pueden surgir diez olas o más, por lo que hay que alejarse de la costa la mayor distancia posible. Las olas pueden alcanzar una velocidad de más de 100 kilómetros por hora y puede tener una altura de más de veinte metros

En aguas profundas, la altura de las olas suele ser de un metro, pero a medida que disminuye la profundidad, su tamaño crece, ya que baja la velocidad a la que se mueve la parte delantera del tsunami. Así, las olas que alcanzan la costa pueden tener varios metros de altura. Uno de los fenómenos más recientes de estas características tuvo lugar el 26 de diciembre de 2004 en el Océano Índico, debido a un temblor marino que desplazó el suelo oceánico unos quince metros en dirección a Indonesia, como consecuencia de un terremoto de nivel 9 en la escala de Ritcher, que tuvo lugar en la isla de Sumatra. Este fenómeno, conocido como terremoto de subducción, no suele manifestarse con tanta fuerza. 

El caso más actual aconteció en Japón el año pasado. El 11 de marzo de 2011 un terremoto de grado 9 azotó ese país, lo que provocó una alerta de maremoto, por la cual se esperaban olas de hasta diez metros de altura. Finalmente, el tsunami tuvo lugar en el aeropuerto de Sendai y frente a las costas de Hawái y Sudamérica. 

Ante la posibilidad de verse atrapado por culpa de un fenómeno de este tipo, es necesario conocer las pautas a seguir del protocolo establecido. Así, antes de que tenga lugar un tsunami, es recomendable conocer las zonas de seguridad y las rutas de evacuación y disponer de un botiquín de primeros auxilios, una linterna, radio a pilas (para mantenerse informado en la medida de lo posible) y cerillas o velas. Durante el maremoto, hay que acudir a las zonas de seguridad con lo indispensable y con la mayor calma posible; se debe tener en cuenta que el tsunami suele ir precedido de una subida del nivel o una retirada considerable de las aguas de la costa. Después de la catástrofe, el Comité de Defensa Civil de la zona realizará una evaluación de los daños y autorizará el regreso de la población a sus casas cuando la situación sea segura. 


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