jueves, 10 de enero de 2013

La última reina del Antiguo Egipto

Cleopatra nació en el año 69 a.C en Alejandría (Egipto) y falleció en el 30 a.C. Sus padres fueron Cleopatra V Trifena y Ptolomeo XII Auletes. Formó parte de la dinastía de los Lágidas o Ptolomeos. Cuando solo tenía dieciocho años, contrajo matrimonio con su propio hermano Ptolomeo XIII, de doce años, y junto a él heredó el trono de su padre en el año 51 a.C. 


Fue el primer miembro de su dinastía que aprendió a hablar egipcio y además, también llegó a conocer el hebreo, el griego, el sirio y el arameo. Recibió educación sobre literatura, matemáticas, ciencias políticas, música, medicina y astronomía. Según el historiador y ensayista griego Plutarco, se trataba de una mujer muy seductora, dados sus exquisitos modales y su voz sugerente. Algunos grabados y dibujos encontrados muestran que su encanto se basaba más en su personalidad que en su apariencia física. Participó en discusiones diplomáticas y solía estar rodeada de intelectuales. 

Al poco tiempo de casarse con su hermano, estalló un conflicto entre ambos, que provocó que Cleopatra fuese destronada. No obstante, las cosas cambiaron cuando llegó a Egipto el militar y político romano Julio César, para enfrentarse a su enemigo Pompeyo, un general romano. Se produjo así la llamada Guerra Alejandrina, que tuvo lugar en los años 48 y 47 a.C. y que supuso que Julio César se pusiera de parte de Cleopatra en su lucha particular contra su hermano. Finalmente, la contienda terminó con la muerte de Pompeyo y de Ptolomeo XIII. Además, la Biblioteca de Alejandría quedó destrozada para siempre a consecuencia de un incendio. 

Así, Cleopatra recuperó el trono gracias al apoyo de Julio César, que también había sido su amante, y volvió a casarse con su otro hermano, Ptolomeo XIV, de quien consiguió lo que le vino en gana. Tuvo un hijo de Julio César, al que llamaron Ptolomeo XV o Cesarión, y ella utilizó ese hecho para convencer al político romano para intentar restablecer la hegemonía de Egipto en el Mediterráneo oriental, como aliado de Roma. 

Cleopatra temía que su esposo y hermano, que ya tenía quince años, se hiciera con más poder del necesario, por lo que en el año 43 a.C., le envenenó y puso como corregente a su hijo Cesarión, que entonces sólo tenía cuatros años. 

En el año 44 a.C., César fue asesinado y Cleopatra insistió en conseguir sus propósitos. Para ello, sedujo al sucesor romano, el cónsul Marco Antonio, que ya empezaba a tener ciertos conflictos con Octavio Augusto (quien había sido su amigo con anterioridad) por el poder. Cleopatra y Antonio se enamoraron, tuvieron gemelos, y tras varios años de separación, se casaron en el año 37 y crearon un nuevo reino helenístico, por lo que impusieron su fuerza en Oriente y además, conquistaron Armenia en el año 34. 

Entre los años 32 y 30 a.C., tuvo lugar la Guerra Ptolemaica, en la que Octavio llevó su enfrentamiento contra Antonio hasta Egipto. En el año 31, la batalla naval de Actium significó la derrota definitiva de Marco Antonio, ya que le abandonaron los egipcios, por lo que no le quedó más remedio que buscar refugio en Alejandría junto con Cleopatra. Él se suicidó cuando las tropas de Octavio Augusto se hicieron con el control de la ciudad. 

Como idea desesperada para sobrevivir y conservar el trono, Cleopatra también intentó seducir a Octavio, pero esta vez no le funcionó, por lo que el general la llevó a Roma como botín de guerra. 
Él pretendía exhibirla en Roma en una tradicional ceremonia, conocida como Triunfo, en la que demostraría a su pueblo la victoria y la superioridad frente a su gran enemiga. Cleopatra se imaginó que se convertiría en esclava y como no pudo soportar la idea, decidió suicidarse. 

Según la versión más conocida, le pidió a sus criadas Iras y Charmion que le trajeran una cesta con frutas, en la que introducirían una cobra egipcia (la víbora áspid), cuya mordedura la causó la muerte. Otras teorías sostienen que decidió quitarse la vida al conocer el suicidio de su marido. Antes de morir, le escribió una carta a Octavio, en la que le pedía un último deseo: ser enterrada junto a Marco Antonio, como así se hizo. 

Dadas las circunstancias, Octavio decidió asesinar al hijo de Cleopatra, Cesarión, con el objetivo de terminar con la dinastía ptolemaica y anexionar Egipto al Imperio Romano. El chico fue traicionado por su profesor particular, que le hizo creer que Octavio le perdonaría la vida y le convenció para volver a Alejandría, a pesar de las recomendaciones de su madre de que se marchara lejos de Egipto. 


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