Título: La Casa del Lago
Director: Alejandro Agresti
Intérpretes: Keanu Reeves y Sandra Bullock
Género: drama romántico
Año: 2006.
Confieso que cuando vi esta película por primera vez en el cine, no me causó la misma impresión que esta segunda vez. Puede que sea porque ésta es una de esas historias que es necesario volver a ver para poder comprender perfectamente cada uno de sus detalles. Y en ello, radica su auténtico valor: en ser conscientes de los matices que en el primer visionado pasan desapercibidos.
Álex es un arquitecto que vive en la casa del lago en el año 2004 y Kate es una joven doctora que abandona esa misma casa para empezar una nueva vida, en el año 2006. Ambos comparten las cartas que se dejan en el buzón de esa casa hecha de cristal, pero cada uno vive el presente en un año diferente. Una historia original, que muestra lo inexpicable de que puedan comunicarse dos personas que viven en tiempos distintos.
Esta cinta es una interpretación mágica del amor, una visión nueva que hasta el momento no se había mostrado en el cine. Los más desengañados verán este filme como un reflejo de que el amor verdadero no existe, ya que no es posible que los protagonistas se encuentren en persona, a menos que el tiempo se detenga, lo cual es del todo imposible.
Es una muestra de que el amor puede surgir de cualquier manera, en el momento más imprevisto y a través de un medio que ya apenas usamos: el papel. Es una historia bonita de principio a fin, capaz de emocionar hasta a la persona más fría, y sobre todo, capaz de hacernos creer en el amor. Y eso es un logro en el mundo en el que vivimos.
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