lunes, 16 de noviembre de 2009

El momento menos oportuno


Título: Celda 211


Director: Daniel Monzón


Intérpretes: Luis Tosar, Alberto Ammann, Antonio Resines.


Año: 2009




Esta es la historia de un hombre al que la suerte le juega una mala pasada; un chico que está en el peor lugar en el momento menos favorable y en las más duras circunstancias. Un joven que podría ser cualquiera de nosotros.

La nueva película de Daniel Monzón cautiva al espectador desde el primer minuto. Es de esas cintas cuyas escenas están perfectamente estudiadas y tienen un gran valor por sí mismas, de manera individual. No hay ni un sólo segundo que sobre o no aporte nada a la historia: todo unido forma un entramado de tensión que no deja indiferente a nadie.

En este caso, los comentarios positivos del público han corrido como la pólvora y han promocionado la película mucho mejor que cualquier estrategia publicitaria. Y en la pantalla se demuestra con creces que el espectador no se equivoca en absoluto, ya que son numerosos los aspectos que merecen ser alabados.

Para empezar, el reparto es excelente. Luis Tosar interpreta a Malamadre, el líder de la cárcel, el más respetado, a quien nadie se atreve a toser. Y lo hace con medalla de oro, pues no debe ser nada fácil mantener intacto un tipo y tono de voz que no es el suyo, macarra e intimidatorio, durante toda la historia. Eso por no hablar de la multitud de matices que muestra en cada intervención.

Antonio Resines tampoco se queda atrás en su papel de Utrilla, con el que nos sorprende, por su actitud fría y cruel, tan en contraste con su interpretación inolvidable del encantador padre de familia en la popular serie televisiva Los Serrano.

No obstante, el protagonista indiscutible de la historia es Juan Oliver, interpretado por Alberto Ammann, un funcionario de la cárcel que en su primer día se queda atrapado por error en la celda 211, mientras el caos se apodera del recinto. El personaje nos conmueve y nos envuelve durante toda la cinta, por su valentía, su capacidad de supervivencia en un ambiente que no le corresponde y que le es totalmente hostil y porque la mala suerte se ceba con él.

Porque en el fondo, todos nos sentimos como él. Sabemos que las cosas van bien, hasta que en un minuto nuestra fortuna puede cambiar y hacernos desdichados. Y nadie puede predecirlo, ya que escapa a nuestro control. Si algo nos enseña esta película es que somos presos de nuestro propio destino y está en nuestras manos ser hábiles para llevarlo lo mejor posible o tratar de modificarlo.

Así, para concluir, debo decir que está es casi la mejor cinta española que he visto, con diferencia. Desde los actores, cuyas interpretaciones son magistrales, hasta la escenografía, pasando por un argumento intenso y envolvente, es muy difícil despegar los ojos de la pantalla. Le doy un 9. Muy recomendable.

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