Esta miniserie de dos capítulos, protagonizada por Olivia Molina, bien podría ser una denuncia pública contra las leyes de los talibanes en Afganistán. Abarca una época en la que un grupo de salvajes terminó de anular los derechos de las mujeres, ya de por sí maltrechos en aquel país. Una media de 4 millones de espectadores siguieron esta historia emitida en Antena3.
Basada en la novela homónima de Reyes Monforte, esta película refleja fielmente la difícil situación vivida durante la dictadura talibán. María, una mujer española, se enamora de Rachid, un hombre afgano de gran corazón, que nada tiene que ver con la cultura de la que procede. Ambos visitan Afganistán en dos ocasiones y viven en primera fila las pésimas condiciones de vida que allí existen. Por problemas con sus pasaportes, se ven obligados a pasar una larga temporada en un país dominado por los talibanes.
Basada en la novela homónima de Reyes Monforte, esta película refleja fielmente la difícil situación vivida durante la dictadura talibán. María, una mujer española, se enamora de Rachid, un hombre afgano de gran corazón, que nada tiene que ver con la cultura de la que procede. Ambos visitan Afganistán en dos ocasiones y viven en primera fila las pésimas condiciones de vida que allí existen. Por problemas con sus pasaportes, se ven obligados a pasar una larga temporada en un país dominado por los talibanes.
La historia rompe con el tópico de que todos los árabes son violentos y discriminan a las mujeres, y hace una excepción con Rachid, que ama a su mujer por encima de todo y siente adoración por ella. Su error radica en pisar tierras afganas, donde la mujer tiene un papel nulo en la sociedad: debe ocultar su rostro con un burka que la cubre de pies a cabeza, no puede leer, no puede llevar espejos ni maquillaje, junto con toda una lista de prohibiciones más. Las mujeres no valen nada.
El espectador descubre aspectos de esa sociedad que desconocía, ya que nunca antes se había emitido algo así por televisión. La tensión y el interés se mantienen durante toda la miniserie, que logra atrapar profundamente al público, cuya curiosidad por lo que ocurrirá después de cada escena va creciendo a cada minuto. Resulta imposible dejar de verla: por las magistrales interpretaciones de los protagonistas y por la creación de un entorno realista, que nos permite ponernos en su lugar por un instante.
Más allá de la ficción, esta miniserie es un documento de gran interés periodístico, ya que a los que hemos elegido esta profesión nos remueve por dentro y despierta nuestro deseo de investigar más sobre la vida real en Afganistán en plena llegada de los talibanes al poder. Invita a un exhaustivo análisis de cómo todo puede cambiar en función de quiénes gobiernen en un país donde no existe ningún respeto hacia la raza humana, en el que da igual que un niño se quede desamparado en la calle sólo porque su madre ha cometido el "pecado" de querer comprar un libro y debe ser castigada por ello.
El burka es más que una "cárcel" para las mujeres que lo llevan. Simboliza el fin de la poca libertad que les quedaba: es una limitación visual, física y moral, un elemento que pone en peligro sus vidas, ya que las convierte en incapaces que no pueden proteger su intregidad física, pues corren el peligro de caerse o ser atropelladas. La triste realidad de todo esto viene muy bien plasmada en las palabras que pronuncia María, la protagonista, mientras vive ese infierno: "tengo miedo de acostumbrarme y que un día todo esto me parezca normal".
Muy bueno Ali, ke bien escribes cabrona. Yo tambien he visto la miniserie y estoy de acuerdo en todo lo ke dices...ke lastima pensar ke todo eso ke se cuenta y ke para nosotros es totalmente inimaginable, es una realidad...
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