jueves, 18 de octubre de 2012

Botones sexuales

PUNTO GRÄFENBERG
Esta zona, de gran carga sexual, debe su nombre al ginecólogo alemán Ernst Gräfenberg. Es una pequeña zona situada dentro de la vagina, a una distancia de entre 2,5 y 7,6 centímetros de la entrada, detrás del pubis y en torno a la uretra. Es una parte muy sensible, que si se estimula, puede conducir a una intensa excitación sexual y a la consecución de fuertes orgasmos e incluso a la eyaculación femenina


Desde los años cuarenta, se han realizado estudios acerca de esta zona. Sin embargo, a día de hoy, médicos e investigadores no se aclaran sobre si realmente existe o no. Hay mujeres que afirman tenerlo, mientras que otras niegan su existencia. Su presencia se justifica por la consecución de orgasmos vaginales en algunas mujeres, aunque en estos casos, también se plantea la posibilidad de que el punto G no sea más que una prolongación del clítoris. Es posible que no todas las mujeres lo tengan y por eso, se trate de una cuestión subjetiva
No obstante, muchas de las que lo han descubierto y disfrutado, se someten a la llamada "amplificación de punto G", una técnica de cirugía plástica, por la cual se incrementa la sensibilidad de esa región. 

En los últimos tiempos, se ha descubierto que los hombres también tienen punto G, una zona con una textura similar a la de una almendra pequeña, y que está situada en la entrada del ano. Por medio de caricias lentas y constantes, la zona se dilata y puede desembocar en el clímax. Muchos hombres consideran esta zona "prohibida", debido a los prejuicios que existen desde antaño y que implican que el varón que realiza este tipo de prácticas tiene dudas acerca de su sexualidad. Nada más lejos de la realidad: los heterosexuales que tienen clara su inclinación sexual pueden disfrutar del placer que les proporciona el punto G, sin ningún tipo de miedo. 

EL CLÍTORIS
Se encuentra encima de la uretra, donde se unen los extremos superiores de los labios menores de la vagina. Lo componen dos brazos, que están por debajo de la piel y que van hacia el interior del cuerpo, mientras que la parte visible es el glande. Cuenta con miles de terminaciones nerviosas y proporciona un gran placer a la mujer, lo que le convierte en el gran protagonista de la sexualidad femenina. 


Suele estar inactivo hasta que un roce o una caricia, por pequeños que sean, hacen que aumente de tamaño poco a poco. Muchos hombres se olvidan de él, sin tener en cuenta que muy pocas mujeres alcanzan orgasmos sólo por medio de la penetración. Para que la relación sexual sea plenamente placentera para ellas, es necesaria la correcta estimulación del clítoris, manual u oral. Los juguetes sexuales de diverso tipo también pueden ser de utilidad. Además, algunas posturas durante el coito pueden hacer fricción en la zona y favorecer el placer. 

A diferencia de lo que les sucede a los hombres, las mujeres no necesitan descansar durante un tiempo después de un orgasmo. El clítoris puede seguir siendo estimulado inmediatamente después del clímax, a pesar de las mínimas molestias que pueden surgir al principio. Es por ello, que se puede disfrutar de varios orgasmos con pocos minutos de diferencia. La masturbación permite conocer más en profundidad los secretos de esta región corporal tan especial. 


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