lunes, 19 de noviembre de 2012

Exigente a mi pesar

Defraudada por la inercia de los acontecimientos ridículos del presente y con los protagonistas de este cuento absurdo. Arrepentida, por primera vez en mi historia vital, de haber perdido mi tiempo con alguien insulso, cuya felicidad depende de la exposición pública de sus miserias. 

Contenta por haber seleccionado el mejor camino de todos los posibles, por no haberme conformado con menos. Excelente momento para elegir bien y en consecuencia. Instante memorable para saltar, justo antes de que el barco se hunda en lo más hondo del fraude humano. 

La pérdida de sentido común condenará a los de personalidad débil, los convertirá en papel mojado, casi sin que puedan percibirlo, tal es su afán por ser el centro de todas las miradas. Las carencias ocupan un inmenso lugar en su paseo a la deriva. 

Nula madurez expuesta en el escaparate de los que lucen mala conciencia. Aún no lo saben, pero su falta de apego a lo que aman les golpeará en el futuro, y ya no les quedará hueco ni para el despecho. Cuando sus pérdidas sean más grandes que su ego, lamentarán su actitud despreocupada e infantil. 

Mi lucha por seguir el tramo correcto contrasta con las ansias de autodestrucción de otros. Fiel a mi propia convicción e ideas, busco fascinarme por lo bonito de las intensas compañías que enriquecen mi existencia. 

Apoyos fieles que no me dicen lo que quiero oír, sino lo que debo entender. Constructores de una balsa que me sacó de una pena inútil e inmerecida. Suficiente soledad voluntaria para analizar lo que me hace feliz y lo que me causa dolor, porque la corriente impide la sinceridad con uno mismo. 

Un cierto control garantiza no perder el juicio, ya que los desmadres me dejarían ciega de apreciaciones contradictorias. Por ello, en la tranquilidad de mi buen hacer comienza a tejerse la tela del nuevo tapiz, de vivos colores y envolvente tacto. 

El silencio es la mejor de nuestras armas cuando los demás eligen librar la batalla de las palabras mal empleadas y peor entendidas. Callar asegura que lo dicho jamás podrá convertirse en el enemigo, aunque en ocasiones, las personas se empeñen en ser rivales de sí mismas. 


Dudar no es bueno para nadie y, a veces, despejar la incógnita ayuda limpiar la mente de malos pensamientos. Es más arriesgado vivir que proyectar una posible vida, pero sin duda, mucho más apasionante. 

Amistades masculinas valiosas para recibir el empujón definitivo, en el momento en que el rumbo se presenta difuso. Gente que llena los vacíos del alma en un par de meses con más fuerza y rapidez, que otras personas en años. Personalidades ricas en fascinantes matices. 

El equilibrio entre el riesgo y la sensatez alimentará lo que esté por venir. Bueno o malo, todo dependerá del ojo con el que se mire y de las circunstancias en las que surja. 


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