domingo, 4 de octubre de 2009

Perderse por Barcelona

Unos días libres, un puente, unas horas imprevistas. Cualquier momento puede ser perfecto para recorrer las calles de esta gran ciudad, bella en extensión y riqueza cultural. Únicamente un requisito: disfrutar de ella con absoluta tranquilidad, sintiendo cada detalle.

Como excelente comienzo, podemos adentrarnos en el recorrido por las calles, casas y lugares por donde solía encontrarse el artista Picasso. Desde su primera casa en el Paseo de Isabel II, hasta el Paseo de Colón, y pasando por algunos de los lugares donde se exponen sus obras, disfrutaremos de edificios de apariencia humilde pero intensa historia, en los que el pintor pasó los años más importantes de su existencia.

Del todo obligado es pasar por La Rambla, la zona más popular de la ciudad, que hasta el siglo XVIII fue un camino y un torrente rodeado de conventos y murallas. En 1775, se derribó una parte de esas murallas, casi a finales de ese siglo se urbanizó la calle y así, la zona se convirtió en un paseo.

Otro lugar interesante es la Torre de Collserola, que se trata de una torre de telecomunicaciones que se construyó con motivo de los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992. El arquitecto inglés Norman Foster la diseñó después de que su idea ganara un concurso restringido, en 1988. Así, la torre cuenta con 288 metros de altura y por ella pasa la televisión de la ciudad y el 95% de las emisoras de radio. Tiene trece plantas y en la décima, a 56 metros de altura, encontramos un mirador abierto público desde el que observamos toda la ciudad, e incluso en días despejados, podemos ver el Pirineo.

Y cómo no hacer mención del Tibidabo, que con 512 metros de altitud, es la cima más alta de la sierra de Collserola, donde además se sitúa un parque de atracciones construido hace más de cien años, y que el Ayuntamiento de Barcelona ha vuelto a poner en marcha. Desde su inicio, este lugar de ocio se creó con el objetivo de atraer a la gente hacia la montaña.

No obstante, otro rincón que compite en altura y belleza con el Tibidabo es la montaña de Montjuïc, que se encuentra entre la ciudad y el mar. En la cumbre hay un castillo, en la zona que cae hacia el mar se sitúa el cementerio nuevo, y en la parte opuesta, la que da hacia Levante, se cuentra un jardín de plantas de tierra cálida.

A pesar de estos bonitos lugares, existen muchas otras cosas en Barcelona que no debemos pasar por alto, tales como el Gran Teatro del Liceo, el Auditorio de Barcelona o la Basílica de la Mercè, entre otras. Pero qué puedo decir con simples palabras, cuando lo puedo disfrutar con los cinco sentidos.

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