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Fósil de un bebé dinosaurio (72 centímetros) |
Inicié mi colección de libros sobre dinosaurios cuando tenía unos ocho o nueve años. Probablemente, mi afición comenzó por casualidad al ver anuncios de las entregas por televisión. Me fascinaban aquellos enormes animales de tan diversas especies que poblaron tierra, mar y aire durante unos 160 millones de años. La lista sería interminable, pero me centraré especialmente en aquellos que, por sus peculiares características, se quedaron en mi corazón (como ya imagináis, soy muy aficionada a éste y otros temas tan poco habituales; lo que llaman una freak).
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Gallimimus |
El primero al que haré mención, digamos que podría tratarse de una mezcla entre reptil y pájaro. El Gallimimus, cuyo nombre significa "imitador de gallina", tenía el cuello largo, fuertes patas para poder correr, cabeza pequeña, grandes ojos y algunas plumas. Vivió a finales del período Cretácico (hace entre 83 y 65 millones de años) en Asia. Sus primeros fósiles fueron encontrados en el Desierto de Gobi casi terminada la década de 1970. Su aspecto era semejante al de las avestruces actuales y disponía de ranuras en el pico y la lengua para filtrar el agua, igual que los flamencos.
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Tylosaurus |
Quizá uno de los mayores reptiles marinos de la prehistoria (conocidos como mosasaurios) fue el Tylosaurus, un gran depredador que podía alcanzar hasta 15 metros de longitud y que estuvo emparentado con las serpientes de hoy en día. Dominó el mar interior occidental a lo largo del Cretácico Superior. Por medio de su alargado hocico, embestía a sus presas, entre las que podían encontrarse peces, otros mosasaurios de menor tamaño, tiburones y plesiosaurios (otros dinosaurios que habitaban el mar). Uno de éstos últimos fue el Kronosaurus, que debió su nombre al dios Cronos, quien devoró a sus propios hijos. Su mandíbula de 3 metros y sus dientes como cuchillos le hicieron merecedor de tal denominación en recuerdo de esa deidad de la mitología griega.
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Terópodos |
No podía faltar en este breve reportaje el mayor saurio depredador, de fuertes patas traseras con garras, casi inútiles patas delanteras, dos hileras de colmillos afilados que se clavaban en la carne (y que medían 15,5 centímetros), ciego y de hambre voraz. Me refiero, como es de suponer, al Tyrannosaurus Rex ("saurio tirano rey"), que medía 14 metros de longitud y unos 5,6 metros de altura. No era el único carnívoro que lideraba la Tierra, pues compartía protagonismo con otros depredadores como el Albertosaurus (descubierto en Alberta, Canadá) o el Allosaurus, por citar solo dos ejemplos. Los tres pertenecen a la amplia familia de los terópodos, es decir, son feroces comedores de carne y bípedos.
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Brachiosaurus |
De cuello largo y tremendo peso era el Brachiosaurus ("reptil-brazo"), que tenía unos 23 metros de longitud (como un campo de tenis) y 12 metros de altura, lo que lo convirtió en uno de los animales más grandes sobre la faz de la Tierra. Comía hojas y brotes de los árboles más altos, por lo que era inofensivo a menos que se viera amenazado, y tenía las patas delanteras más grandes que las traseras. Vivió en el terreno que hoy corresponde a Norteamérica, África y Europa hace unos 152 millones de años. De mayor longitud aún y semejante belleza fue su compañero de la misma familia de "cuellos largos", el Diplodocus ("doble viga") que midió entre 25 y 37 metros de largo, y unos 6 metros de alto, y que vivió durante el Jurásico Superior.
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Protoceratops |
Forma parte de la misma familia del tan conocido Triceratops (que lucía dos cuernos en su frente), un pequeño dinosaurio de apenas casi 2 metros de largo y un poco más alto que un perro, el Protoceratops ("cara con cuernos"). Vivió hace 110 millones de años en Mongolia, comía hojas y plantas bajas y ponía huevos.
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Oviraptor |
Un dinosaurio único en su especie que robaba los huevos del Protoceratops (y los de otros animales) fue el Oviraptor, que recibió su nombre precisamente por eso (significa "ladrón de huevos"). A pesar de creencias iniciales, pues sus fósiles se encontraron cerca de un nido que se pensó que estaba atacando, no se alimentaba de huevos. De hecho, más tarde se descubrió que se trataba de su propio nido. Parecido a las aves, de pequeño tamaño y peso ligero, su existencia tuvo lugar hace 75 millones de años en Asia.
Para finalizar, expresaré que podría escribir un reportaje de veinte folios acerca de ésta gran pasión que siento por los dinosaurios. Sostengo que como mínimo, habría sido curioso que estos animales hubieran existido en la actualidad. En ese caso y con toda seguridad, nuestras preocupaciones serían ahora muy distintas.
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