Películas emitidas en televisión, como Mi gran amigo Fluke, nos muestran una idea cómica de la reencarnación. Un reflejo simpático de lo que pasaría en el caso de que un día nos despertáramos en el cuerpo de un perro, por ejemplo. Lo cierto es que existen opiniones diametralmente opuestas al respecto: por un lado, están los que creen en la posibilidad de convertirse en otros seres al morir, y por otro, quienes no contemplan esa opción en absoluto.
QUÉ ES
La reencarnación es la creencia que sostiene que cuando una persona fallece, su alma se separa de su cuerpo y, de esta forma, se introduce en otro cuerpo distinto para nacer de nuevo en la Tierra. Así, el ser humano viviría muchas veces, con distintas apariencias y en épocas muy dispares, siendo hombre, mujer o incluso algún animal o vegetal.
La idea surgió por primera vez en la India, en el siglo VII a.C., a partir de una observación de los ciudadanos: todo en la naturaleza tenía un retorno; lo que moría, volvía a nacer, en un proceso circular. Era el caso de las estaciones (primavera, verano, otoño e invierno), el Sol, la luna u otros fenómenos. En consecuencia, para ellos era lógico que el hombre atravesara un proceso similar.
Muchas personas asocian esta idea con los llamados déjà vu, es decir, la sensación que en ocasiones tenemos de haber vivido algo por segunda vez. Por ejemplo, nos encontramos cenando con unos amigos, uno de ellos dice algo, todos se ríen y de repente, uno permanece pensativo, porque de algún modo, parece que recuerda haber vivido esa misma escena en el pasado, idéntica. En realidad, se trata de una situación nueva, no experimentada antes, pero debido a un error de nuestro cerebro, sentimos como si la estuviéramos recordando.
No obstante, a pesar de la explicación científica, algunas personas vinculan el déjà vu directamente con la reencarnación, ya que piensan que un momento vivido por primera vez no puede ser recordado, a menos que hayamos sido testigos de él en otra vida. No conciben las anomalías en la memoria como un hecho probable.
La reencarnación se explica por la necesidad del ser humano de limpiar su existencia de pecado, por lo que estaría relacionada con la religión. Su supone que el ser humano iría purificando su alma conforme ésta pasara de un cuerpo a otro, con el objetivo primordial de alcanzar la hipotética perfección. Una vez logrado dicho estado perfecto, ya no precisaría volver a reencarnarse y por tanto, se convertiría en un espíritu puro, eterno.
En los casos más graves, en los que el fallecido ha cometido muchos pecados, se consideraría que se puede producir la denominada metempsicosis o reencarnación en animales o plantas.
INVESTIGACIONES
Ian Stevenson |
El psiquiatra Ian Stevenson estudió más de 2.500 casos de posible reencarnación, que utilizó para publicar doce libros sobre el tema. Se basó en los datos de niños que decían recordar aspectos del pasado, de otra vida, y los comparó con las características de las personas fallecidas con las que se habían identificado esos niños. Algunas cicatrices y marcas de nacimiento coincidieron, pero casi con toda seguridad, fue producto de la casualidad o de que esos datos fueron filtrados previamente.
Los más escépticos sostienen que es imposible que una personalidad supere la muerte y viaje en el tiempo hasta otro cuerpo. Es un hecho que no puede ser demostrado empíricamente, aparte de que quienes afirman haberse reencarnado, suelen pertenecer a sociedades orientales, en las que la mayoría de religiones tienen muy aceptada y extendida la idea de la reencarnación. En la India, es un hecho irrefutable.
No obstante, existen algunos casos concretos que merece la pena mencionar. Cameron Macaulay, un niño de apenas seis años, empezó un día a hablar de su "antigua mamá" y de una casa blanca situada en una bahía en la Isla de Barra (Escocia), a más de doscientos kilómetros de donde él vivía en ese momento. Viajó con su actual familia y el psicólogo especialista en reencarnación de la Universidad de Virginia, Jim Tucker, con el fin de corroborar si las descripciones del niño coincidían con la realidad. Así fue: la casa blanca era exactamente igual a como Cameron la había definido, sin haber estado allí nunca antes. Él afirmó haber vivido allí en otra vida con su familia anterior. No ha podido probarse la veracidad o no de sus palabras.
Cameron Macaulay |
También destaca la situación defendida por Virginia Thige, nacida en 1922 en Winsconsin, quien afirmó ser la reencarnación de Bridey Murphy, otra mujer que nació en 1798 en un pueblo de Irlanda. Al someterse a hipnosis, Virginia se convertía en Bridey y comenzaba a relatar recuerdos de su vida anterior con un intenso acento irlandés. Las investigaciones permitieron descubrir la verdad. Lo cierto es que en Irlanda no había ninguna mujer que respondiese al nombre de la supuesta reencarnada y más tarde, se descubrió que Virginia tuvo una vecina llamada Bridey Murphy y que muchos de los datos que aportó en sus sesiones de hipnosis coincidían con los de la vida de esa mujer. Todo esto, unido a que Virginia tenía una tía irlandesa y que le pudo haber enseñado el acento y las costumbres del país, daba como producto la resolución del rompecabezas. Una confusión mental o un engaño, sin más.
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