viernes, 18 de mayo de 2012

Detalles esenciales



Casa de arena y niebla
Una casa de madera, amplia y acogedora, de esas que siempre aparecen en las películas americanas. Una mujer que es obligada a abandonarla por el impago de unos ficticios impuestos. Y un hombre que la compra para venderla más tarde a un precio mayor. El fondo de Casa de arena y niebla es bastante complejo. Los dos protagonistas pelean por una casa que les pertenece, pero no en exclusividad. Y esa pelea acaba en tragedia, como no podía ser de otra manera, para mostrarnos que cuando la vida se acaba, todo lo material no importa lo más mínimo. Se trata de un reflejo de la desesperación que podría apoderarse de cualquiera de nosotros, si de la noche a la mañana, nos viéramos sin un lugar donde vivir. La historia casi roza el absurdo justo al final, cuando le preguntan a la protagonista si esa es su casa y ella responde que no. El problema nunca hubiera existido si esa casa no le hubiera importado tanto.

El escondite, protagonizada por Robert De Niro y Dakota Fanning, siempre giró en torno a la insistencia de la niña protagonista por no revelar la identidad de su nuevo amigo, ese tal Charlie. ¿No hubiera sido más fácil decirlo desde el principio, y no engañar al espectador, que imagina lo que no existe? De haberse revelado el misterio, no hubiera habido película, pero al menos, no hubiéramos perdido el tiempo pensando en fantasmas, para después descubrir el drama de una niña cuyo padre ha perdido la cabeza (si descubro el final, es para ahorrar desilusiones). 

21 gramos
Una inmensa decepción (que no recomiendo a nadie) fue Crash, esa extraña película en la que sus protagonistas practicaban sexo tras sufrir un accidente de tráfico. ¿A quién se le ocurriría semejante argumento, si no se trata de pornografía? Imagino que al director, que se atrevió a mostrar el sexo como algo más importante que cualquier otra cosa, incluso más importante que la vida de una persona. Vi la película atraída por lo que contaba la historia, lo reconozco, pero en el fondo, pensaba que sería algo más serio, que los personajes reconocerían su problema (que está claro que lo tienen). Sin embargo, el diálogo escasea (y casi mejor) y la película aburre hasta límites insospechados.  Cabe preguntarse cómo los actores aceptaron trabajar en ella. No encuentro respuesta.

Nada que ver con 21 gramos , que contó con un excelente reparto formado por Sean Penn, Naomi Watts y Benicio del Toro, y que nos contó una historia que día a día viven miles de personas sin saberlo. Cuando una persona muere, sus familiares pueden autorizar para donar alguno de sus órganos, pero no suelen conocer a la persona o personas que los reciben. En esta historia, sí llegan a conocerse: la mujer del fallecido en un atropello y el hombre que recibe su corazón y salva así su vida. El tercero en discordia es el autor del atropello, que desconoce las consecuencias de su accidente, pero se entrega a la policía voluntariamente. Vida y muerte, desesperación y esperanza  se entrecruzan para unir a tres personas muy diferentes, que se necesitan irremediablemente. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario