Me gustan las personas capaces de nutrir su vida con miles de actividades que enriquecen su mente y su corazón. Muchos expertos recomiendan mantener el cerebro ocupado y ejercitarlo a diario para prevenir enfermedades tan terribles como el Alzheimer. Por eso, algunas personas inquietas no paran de buscar nuevas tareas que les satisfagan y les permitan desarrollar todo tipo de habilidades. Así, el actor James Franco me llamó la atención en su día por alternar varias profesiones que, aunque bastante distintas, comparten una característica común: la creatividad. Y no solo eso, ya que me fascinó su afán por seguir estudiando y querer adquirir cada vez más conocimientos. Una persona muy completa.
A pesar de que solo tiene treinta y cuatro años, en su biografía ya figura como actor, productor, director, guionista, escritor, modelo y pintor. Nació en Palo Alto (California) el 19 de abril de 1978, de padre empresario de una compañía de envíos y transportes y de madre escritora y editora. Su abuela materna administra una galería de arte en Cleveland, llamada Verne Art Gallery. Es sencillo apreciar que algunas de sus pasiones le han venido heredadas de su familia.
De niño, demostró su gran talento en las matemáticas. En 1996, se graduó en Palo Alto High School, colegio donde participó en multitud de obras de teatro. Comenzó a estudiar filología inglesa en la Universidad de California en Los Ángeles, pero lo dejó al acabar el primer curso para estudiar teatro e interpretación. Su primer papel le llegó en 1999 como protagonista de la serie de televisión titulada Freaks and Geeks, de corta duración. Su mayor oportunidad en la gran pantalla se dio en el año 2000 en la película romántica Whatever It Takes, cuya coprotagonista era su novia en aquella época.
En 2001, interpretó a James Dean en una película que fue producida para emitirse en televisión, y por la cual recibió un Globo de Oro y fue nominado a los Premios del Sindicato de Actores y a los Premios Emmy. Después de varias cintas de ligera importancia, su popularidad definitiva surgió de su participación en la saga de Spiderman, junto a los actores Tobey Maguire y Kirsten Dunst y dirigida por Sam Reimi, que hizo una buena adaptación del cómic original. En un principio, a Franco le ofrecieron el papel protagonista, pero finalmente, interpretó al hijo de Duende Verde, uno de los villanos a los que se enfrenta "el hombre-araña".
Tristán e Isolda (2006) |
Posteriormente, vinieron algunas películas más, entre las que destaco 127 horas, que se estrenó el año pasado y que está basada en la historia real del ingeniero Aron Ralston, que en el año 2003 decidió pasar el día en la montaña y se cayó en una gran grieta en el Parque Nacional Canyonsland (Utah, EE.UU). Tuvo la mala suerte de que una roca se desprendió y atrapó su mano y su antebrazo derecho, por lo que pasó cinco días allí sin que nadie supiera dónde estaba (no había informado a nadie de su excursión), hasta que decidió cortarse el brazo a la altura del codo con una cortaplumas, como último intento para sobrevivir.
127 horas (2011) |
Su debut como director cinematográfico tuvo lugar el año pasado con la cinta Sal, que muestra la biografía de Sal Mileno, uno de los primeros actores que confesó su homosexualidad, y que murió a los 37 años después de ser agredido misteriosamente por un repartidor de pizzas. Una cinta experimental bastante arriesgada, que rodó con un escaso presupuesto y en solo nueve días. Franco sostiene que "el cine también puede ser puro arte y no solo entretenimiento para ganar dinero".
Sus inquietudes no acaban aquí. Ha afirmado que la pintura fue su vía de escape cuando estudiaba secundaria y que "lleva pintando más tiempo que actuando". Durante algún tiempo, acudió a las clases de la escuela de arte California State Summer School for the Arts.
Campaña de Gucci |
Sin duda, un prodigio intelectual y un culo inquieto, que despierta admiración allá donde va.
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