A veces, puede ser divertido experimentar con las palabras y escribir lo primero que acude a nuestra cabeza, sin tener en cuenta si tiene sentido o guarda una coherencia. Eso hice anoche a través del creador de notas de mi teléfono móvil, cuando me encontraba viendo la televisión y mi mente comenzó a divagar sin rumbo.
A continuación, plasmo las líneas que me nacieron en ese instante:
"Retazos de porciones de dulce sabor. Emociones contenidas que traspasan el fondo de lo efímero a través de llamas de un calor incandescente. Partículas de polvo disuelto en el olvido, que asemejan el tacto de un aroma envuelto en dolor. Mordiscos que bañan el recuerdo de una historia que se hizo humo con el paso de días inútiles.
Craso error cometido cuando nuestra vida traspasa fronteras. Amores de un juicio prematuro; dioses perdidos en el lecho de un desperdicio. Cosas que ratifican un amor pasado. Escenas abiertas a cualquier final de cauces insospechados e imprevistos. Olores que saben a desdicha perdidos en esencias que no les corresponden. Frascos de sabiduría envueltos en mantos de un color irradiado en la penumbra".
Como el lector comprobará, son dos párrafos formados por frases sueltas que no mantienen cohesión ni tienen significado alguno en su conjunto. Mi cerebro unió palabras que le resultaron atractivas de forma inconsciente y las hizo aflorar. Esta actividad viene bien si lo que uno busca es, únicamente, disfrutar del placer de escribir, sin más.
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